El líquido refrigerante, también conocido como líquido anticongelante, es ese fluido con, normalmente, un color del líquido rosa o amarillo chillón, que se «echa» en un vaso de llenado cercano al motor del vehículo para que este no alcance temperaturas muy elevadas, es decir, para evitar sobrecalentamientos. También sirve para que en las épocas más frías de invierno ninguna pieza del motor sufra temperaturas extremas. Evitando de esta manera que se pueda congelar alguna de estas.

Este líquido refrigerante tiene que tener siempre una cantidad determinada, es decir, tiene que estar en un punto óptimo. Si nuestro vehículo tiene más o menos líquido anticongelante del recomendado será nocivo para nuestro vehículo, de hecho puede ser mucho más perjudicial de lo que nos pensamos. Es por ello que deberás prestar gran atención a este artículo si quieres cuidar una parte muy importante de tu motor.

¿Qué es realmente el líquido refrigerante?

Antes de explicar que es el líquido refrigerante, hemos de saber que existen dos tipos: el líquido refrigerante orgánico y el líquido refrigerante inorgánico. El líquido anticongelante orgánico no utiliza silicatos, por lo que si tienes la posibilidad de utilizar este tipo de líquido refrigerante, este te durará mucho más. Además de ello será biodegradable por lo que será menos dañino para el medio ambiente. Deberás de usar siempre el líquido refrigerante que cumpla la normativa y el que recomiende el fabricante, no podrás usar el que tu quieras.

Como ya hemos adelantado, el líquido refrigerante se utiliza para absorber el calor del motor de un coche y conseguir que no se produzcan sobrecalentamientos en el mismo. En verano aguanta las temperaturas más extremas, al igual que en invierno es capaz de aguantar las temperaturas más bajas. Otra de sus principales funciones es limpiar, proteger y lubricar las piezas del sistema refrigerante del coche. Así se consigue que no se oxiden las piezas principales (todo ello se consigue gracias a las propiedades anticorrosivas del líquido refrigerante).

El nivel del líquido anticongelante

Como conductores y responsables de un vehículo, una de las principales revisiones que tenemos que hacer nosotros mismos es vigilar el nivel del líquido refrigerante del coche, es decir, la cantidad de líquido anticongelante que tiene nuestro vehículo.

Es simple, nuestro depósito de líquido refrigerante o anticongelante tiene unas marcas, normalmente indicadas con un máximo y un mínimo, entre las cuáles debe de estar este líquido. Si el líquido anticongelante está por debajo, o por encima, de esas marcas, la temperatura del motor no estará en su nivel óptimo (90ºC). Además este no se refrigerará de manera correcta, lo que supondría problemas mecánicos de un gran coste.

Cambiar el líquido refrigerante

Este líquido es muy importante y si no hay líquido refrigerante en nuestro vehículo podemos despedirnos del motor. En realidad es muy raro perder este líquido, es decir, el recipiente donde se encuentra está cerrado y el circuito de refrigeración es hermético, por lo que si todo está bien, no se debe perder ni una gota de anticongelante.

Aún así es raro pero puede darse el caso de que perdamos anticongelante. También es importante, aunque no perdamos este líquido, que lo cambiemos cada 40.000 kilómetros o 60.000 kilómetros, o a los dos años. En ese momento hablaremos entonces de sustituir el anticongelante. Lo que jamás debemos hacer es mezclar dos líquidos refrigerantes distintos, esto puede hacer que este fluido no cumpla su función. Si queremos añadir un líquido anticongelante distinto al que ya tenemos, lo que debemos hacer es vaciar al máximo el líquido antiguo, no dejando ni una sola gota en el depósito. Una vez hayamos hecho eso, ya podremos volver a rellenar el depósito del líquido anticongelante.

También debemos prestar atención al porcentaje de concentrado que tiene el anticongelante. Si este es demasiado alto, lo deberemos mezclar con agua a un 50%. Además, es importante asegurarse que, a la hora de manipular el líquido anticongelante, el motor está apagado, en frío, y que el coche está en llano.