El reconocimiento facial o biometría facial es un software de reconocimiento facial que ha protagonizado una de las revoluciones tecnológicas más importante de los últimos años. Gracias a ella se puede identificar los rasgos físicos de una persona. Los móviles ya tienen incluidos la tecnología de huellas dactilares y reconocimiento facial para desbloquear el teléfono y aumentar así su seguridad, aunque no todos integran el reconocimiento facial.
La biometría, junto a la inteligencia artificial, surgió a mediados del Siglo XX gracias a la aparición de varias técnicas que fueron desarrolladas para reconocer a las personas mediante su imagen facial. Esto se consiguió a través de las imágenes bidimensionales que, posteriormente, ha avanzado hasta la tridimensional que recoge la forma de la cara.
El reconocimiento facial moderno empezó a desarrollarse en las décadas de los 80 y 90. A partir de ahí comenzó a integrarse en los dispositivos y aplicaciones con diferentes fines. Un ejemplo de esto es que en China se creó el primer cajero automático de reconocimiento facial del mundo en el año 2015.
Para que el reconocimiento facial funcione solo es necesario tener una cámara con precisión y un software que sea capaz de reconocer ciertos patrones en las facciones de la cara. Con las imágenes bidimensionales y tridimensionales se crean similitudes que, después, se comparan con una base de datos.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento del reconocimiento facial captura una imagen, ya sea bidimensional o tridimensional, de la cara de una persona. Este proceso pasa por varias fases o pasos, que son las siguientes:
- Detección: el dispositivo electrónico captura la imagen facial de la persona que quiere desbloquearlo.
- Procesamiento: en esta fase obtiene información biométrica gracias al sistema de reconocimiento facial.
- Extracción rasgos faciales: tras el segundo paso se guarda un patrón biométrico del rostro con la información obtenida en el procesamiento.
- Comparación: la fase más importante de todo el proceso. Aquí se compara la información recibida con aquella que está almacenada en la base de datos para indicar el nivel de similitud que hay entre ambos patrones.
- Decisión: en función de la similitud obtenida en la comparación y el porcentaje en los resultados, se identifica al individuo a partir de un umbral de coincidencia.
Dimensiones
El reconocimiento facial puede depender tanto de imágenes en 2D o en 3D, como de la combinación de ambos para que el proceso sea automático.
El 2D utiliza como puntos de referencia la nariz, la boca y los ojos para identificar a las personas y mide la distancia que hay entre cada rasgo en la cara. La medición se convertirá posteriormente en un código numérico, llamada «huella facial», que se utilizará para encontrar coincidencias. Los problemas en este mecanismo viene por la variación en los ángulos y en la iluminación, y la solución es el reconocimiento facial en 3D.
Por su parte, el reconocimiento facial 3D irá más allá por lo que no se basará en el tamaño de la cabeza para dar con la huella facial. Lo hará a través de cámaras que detectan profundidad y gracias a ellas la huella facial incluirá los contornos y la curva de la cara, la profundidad de los ojos y la distancia que hay entre los puntos de referencia de la cara como puede ser la nariz.
A pesar de que con el 3D se pueden capturar más detalles, la base tecnológica es la misma que en el 2D. Es decir, ambas convierten formas, profundidades y distancias en un código numérico que, después, coincidirá en una base de datos.
Se debe tener en cuenta que el 2D es más inseguro que el 3D debido a que la información vectorial obtenida por las imágenes de este segundo tipo es mucho más precisa. Eso sí, para conseguir que el 3D funcione en nuestros teléfonos móviles deben tener Android 9 (Android Pie).
Seguridad
Hasta el momento es seguro aunque con este tipo de sistemas no se puede afirmar al 100%, ya que todos tienen un porcentaje mínimo de error. Con esto, cada vez son menos las personas que utilizan el bloqueo tradicional de contraseña o patrón. Con una mala iluminación o dependiendo de cómo se coloque la cara puede no llegar a ser efectiva la identificación facial.
La Unión Europea ha creado una base de datos biométricos, una de las más grandes del mundo, aprobada por el Parlamento Europeo. Esto ayudará a las autoridades a identificar a las personas de una forma mucho más rápida. Además de las características faciales y el rostro del usuario, las huellas y la foto que te hacen en el control contribuyen a esta labor.
En los últimos años, el reconocimiento facial se ha utilizado sobre todo para los controles en aeropuertos y zonas públicas para transmitir imágenes faciales a los sistemas de seguridad. Esto ayuda a identificar a las personas gracias a la tecnología de reconocimiento facial. A pesar de que en España no existe una legislación concreta sobre esto, sí que existe una legislación sobre protección de datos.