¿No sabes si elegir una caldera a gas o una caldera eléctrica? Entre todos los sistemas calefactores que existen en el mercado a día de hoy, podemos distinguir dos tipos principales: la calefacción de gas (de propano, de butano, de inducción, etc.) y la calefacción eléctrica. Así, es importante contar con un buen sistema calefactor en nuestra casa, sobretodo para los meses más fríos de la estación de invierno.
En este artículo te explicamos al detalle en qué consisten los sistemas calefactores de gas y electricidad y cuáles son las principales diferencias entre ellos. Además, te enumeramos todas sus ventajas y desventajas y te ayudamos a decidir si te conviene instalar una caldera de gas en tu hogar. O si, por el contrario, la calefacción eléctrica es la alternativa más inteligente para ti. ¿Te interesa? Pues lee con atención porque, ¡empezamos!
Caldera eléctrica: definición y características
Los sistemas calefactores que funcionan con electricidad son, por norma general, más caros que las calderas a gas pero, por otro lado, ofrecen a sus usuarios un suministro de energía más seguro que sus competidoras gaseosas. Por otro lado, otra de las grandes ventajas de las calefacciones eléctricas es que su instalación es cómoda y no requiere de grandes obras en la fachada por el suministro de gas.
Como principal punto negativo de las calderas eléctricas, podemos destacar que hacen un consumo bastante elevado de energía, lo que supone un aumento considerable de la factura de la luz a final de mes. Todo dependerá también del tipo de caldera que requiera tu hogar. Y, por otro lado, la propia instalación de las calderas eléctricas, ya tiene de por sí un coste alto. Este es el motivo por el cual muchas familias optan por otras alternativas para calentar sus hogares.
¿Cómo funciona una caldera a gas y qué características tiene?
La caldera es la parte más importante de un sistema de calefacción central. Cuando quieres calentar tu casa, enciendes la caldera con un interruptor eléctrico. Una válvula se abre, el gas entra en una cámara de combustión sellada en la caldera a través de un montón de chorros pequeños, y un sistema de encendido eléctrico los activa. Estos chorros de gas juegan en un intercambiador de calor conectado a una tubería que transporta agua fría. Dicho aparato de calor toma la energía térmica de los chorros de gas y calienta el agua. Esta la lleva a temperaturas que rondan los 60ºC de potencia térmica y agua caliente sanitaria.
La tubería de agua es en realidad una pequeña sección de un circuito grande y continuo de tubería que viaja alrededor de toda tu casa. Pasa a través de cada radiador de agua caliente a su vez y luego vuelve a la caldera de nuevo. A medida que el agua fluye a través de los radiadores, emite parte de su calor y calienta las habitaciones con calefacción y agua caliente. Cuando el agua hace su camino de vuelta a la caldera, vuelve a enfriarse. Es por eso por lo que la caldera tiene que seguir disparando: para mantener el agua a una temperatura lo suficientemente alta como para calentar tu casa.
¿Qué prefieren los consumidores?
Los consumidores prefieren el calor del gas natural porque es cómodo, conveniente, confiable y eficiente. Los sistemas de calefacción actuales ofrecen opciones muy rentables, desde calderas de primera línea que alcanzan niveles de eficiencia de más del 90 por ciento, hasta radiadores de precios moderados que cumplen o superan ligeramente la eficiencia mínima estándar del 78%, para que los clientes no tengan que pagar por más eficiencia de la que necesitan.
El calor del gas natural se siente mucho más que el calor producido por una bomba de calor eléctrica. Este se suministra desde sistemas de aire forzado a temperaturas que oscilan entre 50 y 60 grados centígrados. Por el contrario, el aire de una bomba de calor eléctrica se entrega típicamente a 35 grados centígrados lo suficientemente caliente como para calentar una habitación, pero más frío que la temperatura media de la piel humana de 37 grados centígrados.
Calderas de gas: ¿merecen la pena?
Así, mucha gente se pregunta si instalar una caldera de gas natural en su casa realmente merece la pena o si, por el contrario, no resulta económico. Bien, pues desde Precio.com te resolvemos la duda: si te preocupan las emisiones de CO2 (carbono dióxido) que genera el sistema calefactor de tu casa y quieres ahorrar en tu factura de la luz a final de mes; y, además, tienes ya instalado un sistema de conductos de gas en la fachada de tu casa, sin duda la mejor opción para ti es un sistema calefactor que haga uso de gas natural.
Entre las ventajas que las calderas de gas natural ofrecen respecto a los sistemas calefactores de electricidad, podemos mencionar, primero, que las primeras resultan mucho más económicas puesto que el precio del gas es, a fecha de marzo de 2020, más bajo que el de la energía eléctrica. Por otro lado, es cierto que, si tienes contratada una tarifa de luz que aplique discriminación horaria (es decir, que el precio de cada kilovatio-hora sea mayor o menor en función del período del día) y además tu casa no hace gala de muchos m² (metros cuadrados), quizá la caldera eléctrica sea la mejor opción para ti.
Reducir tu factura
Pero si por el contrario la fachada de tu hogar ya cuenta con un sistema de tuberías y conductos para transportar el gas y quieres ver reducida tu factura de la luz, sin duda la instalación de una caldera eléctrica es la alternativa más inteligente para ti y tu familia. Por otro lado, en caso de que tu casa no disponga de sistema de conductos de gas, para instalar una caldera de gas deberás realizar una obra que puede resultar bastante costosa, pero la inversión te saldrá rentable a medio-largo plazo.
Además de eso, también deberás tomar en consideración si tu hogar tiene disponibilidad para el gas natural, pues, por si no lo sabías, el servicio de gas natural aún no llega a todos los hogares de España. Y, por último, si finalmente te decides a instalar una caldera de gas, debes saber que las hay de modelos de calderas, cada uno con su precio, ventajas y desventajas y prestaciones particulares: de calefacción, calderas murales, calderas de gasoil, calderas mixtas, calderas de condensación, caldera atmosférica, o con acumulación y microacumulación. Estos son algunos tipos que hay en el mercados, y cada uno de ellos genera un consumo de energía diferente.
Eficiencia
Las calderas eléctricas normalmente tienen una calificación de eficiencia de 99-100%, mientras que la eficiencia máxima de las calderas de gas rara vez es más del 93%. Esto significa que por cada euro gastado en calentar una propiedad con una caldera de gas, 7 céntimos de euro se desperdician en energía perdida. Por otro lado, hay poca o nula pérdida de energía con las calderas eléctricas.
Mientras que algunas calderas eléctricas cuentan con una calificación de eficiencia del 100%, notarás que tienen una calificación mejor. Esto se compara con la calificación A otorgada a las calderas de gas, por lo que es difícil comparar calderas de diferentes tipos de combustible. Tendrás que analizar también las marcas de calderas que ofrece el mercado.
La razón por la que las calderas eléctricas tienen una baja calificación se debe a que la electricidad es costosa de ejecutar como resultado del proceso de generación. Dependerá de la forma de producción de esa energía.
Caldera eléctrica vs caldera de gas: ¿qué funciona más barato?
Los costes de funcionamiento de las calderas eléctricas pueden ser más altos que las calderas de gas, pero hay muchos beneficios de una caldera eléctrica que podrían ahorrarte dinero a lo largo de los años. Así que antes de elegir una caldera de gas sobre una caldera eléctrica, basándonos en los costes de funcionamiento únicamente, considere los ahorros que podrías estar haciendo si comprases una caldera eléctrica. Lo mejor para averiguar que puede interesar más al cliente es realizar un estudio personalizado con los pros y las contras de esta decisión basándose en caldera de gas o eléctrica.