La calefacción es uno de los elementos esenciales en prácticamente todos los hogares, especialmente con la llegada de los fríos meses de invierno. No tener calefacción en casa puede resultar realmente desagradable y hacer que tu hogar deje de ser un lugar acogedor. Eso sí, deberás tener en cuenta distintos factores a la hora de decidir cuál es la mejor opción para ti. En un principio puede resultar complejo entender todos los tipos de calefacción que existen y qué nos ofrece cada uno de ellos. Pero una vez se indaga un poco es fácil de entender. Hay que tener en cuenta también cuáles son las desventajas de cada una de las modalidades.

¿Quieres tener calefacción en casa y no tienen ni la más mínima idea de cuál contratar? Pues no se preocupes, a continuación te explicamos de qué va todo esto para que puedas elegir la tarifa que mejor te convenga.

1. Calefacción de gas

Este es el tipo de calefacción más conocido y, además, uno de los más utilizados en los hogares. Dentro de este gran grupo se encuentran tres subtipos. Aquí os contamos en qué consiste cada uno de ellos.

Gasóleo C

Este subtipo cuenta con varias ventajas. La primera que podemos señalar es que logra calentar los espacios de una manera bastante rápida, sea cuál sea su tamaño. Esto es un punto a favor que se acentúa en los meses más fríos del año.

Pero también tiene desventajas como, por ejemplo, el tamaño del tanque que contiene el gas. Se trata de un espacio bastante grande, por lo que ocupa mucho espacio y no siempre resulta cómodo. Esto supone que, no solo por ser grande sino por contener un gas que puede ser peligroso, exige un mantenimiento minucioso. Será imprescindible que llames a un técnico cada cierto tiempo para que pueda revisar el tanque.

En el caso de que no lo hagas, las posibilidades de que se provoque un incendio se verán aumentadas. A esto sumamos el hecho de que el precio de instalación puede llegar a ser muy elevado en algunos casos.

Gas Natural

Si además de calentar tu casa quieres hacerlo teniendo en mente el medio ambiente, tal ves esta sea tu mejor opción. Esto se debe a que este tipo de gas es menos invasivo, tanto para el medio ambiente como para las personas que viven en la casa. Todo el suministro viene del exterior, y esto supone una gran ventaja porque no será necesario que tengas reservas dentro. Además, su instalación es más económica y el tanque que contiene el gas no es tan grande como la de otro tipos de calefacción.

Lo primero que nos viene a la mente cuando nos fijamos en los contras de este subtipo de calefacción es que la accesibilidad es mucho más compleja. Resulta cada vez más complicado para las compañías acceder a las ciudades grandes. Sin embargo, si te encuentras alejado de estas ciudades será más fácil para ti tener este tipo de gas en casa.

Gas Propano

Aquí lo que destaca es la potencia de este tipo de gas. Y más aún cuando el frío llega y es una total necesidad calentar la casa con rapidez. Al ser uno de los gases más fuertes, es capaz de calentar la casa con mucha facilidad.

En cuanto a las desventajas, podemos decir que aquí es también imprescindible un constante mantenimiento y eso puede suponer un coste muy elevado. Esto es algo a tener en cuenta a la hora de valorar si es la mejor opción para ti.

2. Calefacción eléctrica

Hay personas que temen los riesgos del gas, por ello la calefacción eléctrica se constituye como una de las mejores alternativas para ellos. También en este tipo existes otros subgrupos.

Por acumulación

Si estás más interesado en este tipo de calefacción, solo tendrás que buscar en el mercado para encontrar diferentes precios y muchos de ellos bastante asequibles. Además, puedes estar tranquilo puesto que no tendrás que invertir en su mantenimiento para que funcione bien.

Pero también tiene algunos inconvenientes. Entre ellos se encuentra que este tipo de aparatos genera calefacción para una superficie reducida, es decir, no calentará la casa al completo sino que solo lo hará con algunos espacios o habitaciones concretas. Esto supone que tendrás que colocarlo en el sitio que realmente lo necesite.

Por otro lado, debes tener en cuenta que el consumo de luz que se generará a partir de este tipo de calefacción será mucho más elevado de lo normal. Es por esto que tendrás que controlar su uso lo mejor que puedas.

Por convectores

De entre los distintos tipos de calefacción, éste proporciona un sistema rápido a la hora de calentar la habitación. Además, trabaja con un tipo de resistencia que se encuentra situado en su interior. El sistema funciona de tal manera que recoge el aire frío de la habitación y lo expulsa habiéndolo convertido en aire caliente hasta que la temperatura de la habitación se haya regulado. Lo único que tendrás que hacer es conectarlo a una toma de luz.

Pero tendrás que considerar que, cuando se trata de un espacio demasiado grande, puede encontrar dificultades a la hora de calentar. Solo funcionará correctamente en espacio reducidos como pueden serlo estancias pequeñas.

3. Caldera con radiador de agua

Pasamos a hablar ahora de uno de los tipos de calefacción más populares en España y, además, más funcionales. El sistema hace que funcione quemando el gas que está en el exterior y expulsándolo en forma de vapor.

Aunque es considerado por muchos como una de las mejores opciones, hay que tener en cuenta que en ciertos sitios alejados de las ciudades grandes no consigue llegar con tanta facilidad. Por otro lado, hay que tener en cuenta el aspecto ambiental, y es que ésta es una calefacción bastante contaminante. Por último hay que advertir que el precio de su mantenimiento es bastante elevado.

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