Ante la incontrolable masificación de las plataformas digitales que ofrecen todo tipo de contenidos audiovisuales (películas, series, programas de entretenimiento, documentales, etcétera) como Netflix, HBO o Rakuten TV, entre otras, la televisión pública en España, y en el mundo, se enfrenta a un nuevo escenario al que tendrá que buscar la manera de adaptarse si quiere garantizar su supervivencia.
En este artículo analizamos el panorama televisivo de nuestro país en el presente año 2020 y la importante irrupción de las plataformas digitales en nuestros hogares.
Los nuevos actores
Como hemos dicho en la introducción de este artículo, los grandes nuevos actores de la televisión son las plataformas de streaming entre las que podemos destacar las siguientes: Disney +, Apple TV, Netflix, Rakuten TV, HBO, Movistar + Lite, Prime Video, Amazon Prime Video, Filmin y Sky TV, entre otras.
Cada una de estas plataformas ofrece a sus usuarios cientos o miles de contenidos audiovisuales, y una de sus principales ventajas respecto a la televisión tradicional es que permiten visualizar los contenidos a cualquier hora y en los tiempos que más nos convengan.
Disney +, por ejemplo, hace gala de un amplio catálogo de contenido infantil. Movistar + Lite, por su parte, ofrece muchas películas y series originales de la compañía. Por su lado, Sky TV también cuenta con bastantes películas y series, además de canales de televisión en vivo. Y qué decir de Netflix o HBO, que se han convertido ya en todas unas referentes en este nuevo mercado de plataformas de contenidos digitales.
Como ves, las nuevas tecnologías vienen pisando fuerte este año, y muchos expertos auguran que, a lo largo de los próximos meses, podremos ver cómo muchas de estas plataformas digitales se anexionan o algunas de ellas compran a otras. Entonces, ante este nuevo panorama, ¿qué hacer con la televisión pública?
La televisión pública en España
Lo cierto es que, en la actualidad, la televisión pública española supone un gasto de las arcas del Estado de alrededor de dos mil millones de euros anuales, incluyendo RTVE (Radio Televisión Española) y las televisiones de las CCAA (Comunidades Autónomas).
En todo caso, también es cierto que el acceso sin limitaciones al conocimiento y la información aparece recogido en la Constitución Española, y en ese apartado se incluye el servicio de televisión pública.
Sin embargo, a día de hoy, otros canales distintos a la TV pública como los dispositivos móviles o las propias plataformas digitales de las que hemos hablado antes nos permiten acceder a información y contenidos audiovisuales en tan solo unos segundos. Por ello la utilidad de la televisión pública se pone una vez más en entredicho.
Entonces, ¿hacia dónde se dirige la televisión?
Lo primero de lo que nos damos cuenta es que, con la llegada de las nuevas tecnologías audiovisuales (plataformas de streaming, YouTube, etcétera), el Estado ya no es ni mucho menos el único proveedor de contenidos para los españoles. En estos momentos, la transmisión de información y la comunicación audiovisual se lleva a cabo mediante gran variedad de canales. Algunos de estos canales son la emisión lineal de un ente a varios receptores (broad cast) y la emisión bajo demanda de un emisor a un receptor concreto (uni cast). Ahora, el acceso a los contenidos es instantáneo, y se ha eliminado por completo el monopolio del que años atrás gozaban las televisiones públicas.
Futuro incierto
En la era de la digitalización que nos encontramos es complicado divisar con claridad el futuro de la televisión pública. Esto se debe, junto a la importancia que han cobrado las plataformas digitales, al ritmo de vida de la población. Muchas obligaciones y poco tiempo libre caracteriza a nuestra sociedad. Por ello, las personas prefieren las plataformas, ya que pueden elegir el contenido y el tiempo que quieren visualizar una serie o película. En la televisión tienes que esperar días para seguir con una serie y ver los anuncios publicitarios que interrumpen la trama.
Por esta razón, el contenido emitido en televisión en prime time son programas de entretenimiento. Con esto se intenta captar la atención de la audiencia y mantenerlos pegados al televisor el mayor tiempo posible. De aquí el éxito de programas como Gran Hermano en Telecinco, Masterchef en TVE o La voz en Antena 3.
Con estas evidencias queda claro que la tv pública española, y mundial, debe dar un cambio en su forma de crear contenido. Además, deberá estudiar a sus audiencias para no quedarse obsoleta y no perder poder frente a las nuevas maneras de ver la televisión.